El estrés es un proceso natural del cuerpo humano, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes, que requieren una movilización de recursos físicos, mentales y conductuales para hacerles frente, y que a veces perturban el equilibrio emocional de la persona.
El problema mayor, empieza cuando el estrés se prolonga aun cuando la situación de presión en cuestión desaparece y el cuerpo se mantiene en un estado de alarma o alerta constante y le es incapaz de volver a su estado de relajación.
Esto va a desarrollar en la persona desequilibrios que pueden ser de diversa índole.
La persona afectada de un estrés agudo, reacciona de forma descontrolada, muy emocional, suele estar irritable, y puede sentirse incapaz de organizar su vida. Si esto se prolonga en el tiempo se produce un estado de alarma constante y comienzan a aparecer síntomas físicos como agotamiento, insomnio, problemas digestivos, irritabilidad, ansiedad, depresión y desequilibrios importantes en el sistema nervioso.
¿Padezco estrés? Es importante saber cómo gestiono las situaciones de estrés en la vida. Muy a menudo me encuentro con personas que no son conscientes del grado de estrés que soportan y lo peor no es esto, es que creen que el estrés agudo es lo normal, ya que el cuerpo ha olvidado como es vivir en un estado de tranquilidad, equilibrio y energía vital.
¿Cómo acompaña la terapia de polaridad? La Terapia de polaridad es una gran herramienta en estos casos. Primero porque incide sobre los tres sistemas nerviosos: simpático parasimpático y central, sistema musculo esquelético y sistema cráneo sacral, devolviendo al cuerpo un estado de equilibrio y bienestar.
Además, aporta recursos internos y reorganiza el sistema de la persona produciendo un estado de serenidad que permite recuperar la energía vital. De esta forma la persona puede liberar las causas de su estrés, e incorporar nuevas formas más positivas de abordar situaciones de presión, tensión etc.…de cualquier índole.
Recuerda que lo más importante en la prevención de enfermedades es ser consciente de como integras tus experiencias, de la relación de escucha con el propio cuerpoy sus necesidades y por supuesto del ejercicio y alimentación adecuadas.
¡Estrés cero!!